Bueno, se acabo lo que se daba, al menos en esta temporada (o eso creo). Ahora y antes de hacer un balance del año, toca hablar de lo que pudo ser y no fue.
Por el mes de enero ya tenía decidido que el objetivo del año sería el Titán X, un triatlón que me encanta en muchos aspectos y que había sido objeto de promesa en mis años de opositor. Prometí que volvería y así quería que fuese. Todo, prácticamente todo el año estaba enfocado a este día. Después de meses de entrenamientos largos y exigentes, estaba deseoso de escuchar la bocina que diera la salida. Sólo quería competir conmigo y con el lugar. Me sentía más que preparado, quizás la mejor forma física que me haya conocido. Todo debía salir bien. Sin embargo, hay cosas que uno no puede controlar, y las condiciones meteorológicas son una de ellas. A las 5:30 am del sábado 27 de Septiembre me desvelo escuchando el diluvio que está cayendo. Pienso que es pasajero, que parará y que en hora y media me despertaré y estará el día perfecto para comenzar a sufrir y disfrutar de la prueba. No fue así. No paro ni un solo instante. Desde que salí del apartamento a las 7:00 sabía que algo iba a cambiar ese día, y eso, sinceramente, no me gustaba nada. Mi cabeza no estaba pensando en dar pedales, o brazadas o zancandas, estaba pensando en qué iba a ocurrir. Al final lo que ya es sabido por muchos. Se suspende el segmento ciclista, la parte que ha supuesto un 65-70% del volumen de entrenamiento y quizás la parte más bonita del Titán se ha esfumado. En ese momento dejo de pensar en competición, en triatlón y seguramente mi cabeza daba por finalizada la temporada. A pesar de ello cambian el tipo de prueba, y bueno, aunque no es ni lo que se ha entrenado ni lo que quiero hacer, me animo a participar. Serán 4 kms nadando y 37 kms de carrera a pie, con subida al puerto de Las Palomas.
La salida es a las 10:00. He desayunado a las 6.00 y he estado mojado por la lluvia y de pie desde las 7:00. sin comer ni beber nada. No pensaba que fuese a hacer una prueba, pensaba que mi objetivo había desaparecido. Empezamos a nadar, para mí, el agua estaba fría, aunque en pocos metros se nada cómodo. Voy acoplado toda la primera vuelta (2000 m) a un grupo de cinco o seis nadadores. El ritmo es muy cómodo y como las boyas no se ven, prefiero quedarme resguardado. Empieza la segunda vuelta, me despisto unos metros y no llevo a nadie alrededor, pero yo veo la boya frente a mí y decido seguir con mi trayectoria. Todo el rato nadando solo. Llegando a la boya me freno un poco y en ese momento un triatleta me pasa por encima, así es, un pantano entero para 220 tíos y en el punto de 2800 (aprox) me tiene que pasar por encima, mucha tela. Me sigo orientando sólo y voy haciendo metros a un ritmo alegre pero cómodo. Muchas olas de vuelta para la salida y tragando un poquito de agua para no perder costumbre. En 1:16:59 estoy fuera del agua. Los dedos de los pies helados y poco más. Transición lenta, calcetines, medias de compresión, cordones en las zapatillas,... se me olvidan un gel que tenía tipo barrita para tomarlo al salir y mi bote de powerade para hidratarme un poco. De puta madre. En principio me preocupa poco, empezamos los 15 kms de subida (sólo subida) al puerto de Las Palomas. Voy corriendo bien, me molestan los dedos de los pies que parecen estar entrando en calor. Hago una subida buena, pocos avituallamientos (para mi gusto) y mal pensados, porque con un vaso de cartón es imposible correr y si te parar a beber como se debería pierdes el ritmo por completo. A esto sumarle que los avituallamientos móviles no llevan nada, hasta tres paré en carrera a voces y ninguno llevaba nada. Es igual, pasando del tema pienso. Llego arriba bastante entero, me tomo un gel y hago el cono para volver. Empiezo a bajar y en cuestión de un par de kms noto que los gemelos están sufriendo. Pienso que es por el cambio de zancada y que ahora se acostumbraran. Nada de nada. A los cuatro kms de empezar a bajar se monta el gemelo izquierdo. Si estaba desenchufado, en ese momento puedo decir que me apago. Sigo bajando como puedo, sin apenar poder estirar la zancada y disfrutando más bien poco. Ahora sí, me paro en cada avituallamiento porque creo que estoy deshidratado y además intento comer. El estomago está como un globo, como pero no me sirve para nada. Se acabó, a terminar como se pueda y ya está. Al final, se hacen los 37 kms corriendo, con mucho dolor sobre todo en la pierna izquierda, del gemelo ha pasado al femoral, al glúteo y al lumbar. Encima lloviendo y con frío y con muy poco fuerza mentar para exprimirme como se merecía. Llego a meta en 4hora 30 min con la sensación de no haber hecho mi prueba. Así es. De todas maneras hay que pensar que algo es algo, y que al menos pudimos nadar y correr. Todo fue muy extraño. Incluso hoy sigo dándole vueltas al coco, pensando que hacer, si no parar y apuntarme a Mazagón o dejarlo pasar y pensar en la próxima temporada. De momento esta semana voy a descansar y aclarar la mente un poco.
Me gustaría acabar con lo mejor que he podido sacar de esto, además del volumen de entrenos (que para algo servirá). No es otra cosa que el apoyo de mucha gente, de Miriam, que se ha comportado todos estos meses aguantando días de mucho cansancio y mucha planificación y encima me sigue animando a disfrutar con lo que más me gusta. A mi hermano Carlos, por ir detrás mía y ser el más legal en toda la prueba, no me ayudo a nada,jejejjee, gracias porque si no llegar a venir no habría motivación ni para nadar. A mi madre, mi hermanos Manolo y Javi que estuvieron todo el rato pendientes y a todos los colegas (Ciervos, Jaco, Iván, Lucia, Paco, Pilis, Hugo, Guille, Julio, Oscar, Furest, Migue, Sandra, Ro, Mari, David Jurado, Alamo, Parejo, Leiva, Jorge Alberto Abeja, Tinoco, Sergio... seguro que se me olvida alguien) porque siempre han confiado en mí. A mi cuña, sus padres y familiares porque con el wasap petaron el móvil,jejejeje. Además del buen ambiente con los camaleones, sobre todo con grandes de este club como Gazapo, Guadiana y Esteban, que son unos clásicos en días como los de este fin de semana. Gracias a todos, ha sido una temporada muy buena, aunque el cierre haya sido tan poco agradable. Gracias a todos y nos vemos en breve, con más fuerza y con más ganas.