12 de septiembre de 2010

Papeles rotos (que no muertos)

Los días siguen con su ritmo, unos son más largos y otros más cortos, pero en definitiva todos mantienen su pausa cotidiana. La ventana de mi habitación se ha convertido en el mayor balcón de mi casa, y eso que no veo más que una medianera blanca pintura (que no cal) sobre la que intenta agarrarse un jazmín que de vez en cuando me deja disfrutar de intensos olores. La medianera podría ser diferente, muy diferente, incluso podría ser mejor, pero como se considera optimista se ha aprovechado de la luz de esta tierra para parecer espejo, y así, de camino, me permite mirarme cada cierto tiempo para saber quien soy (y no hacia donde voy).
Se viene encima una temporada nueva, marcada seguramente por los pasos ligeros hacia la navidad (que si todo sigue igual empezará en breve), por la lluvia, por la caída de las hojas, la vuelta del frío y la noche. Al final, después de tantos años trabajando con la luz, parece que me decanto por la noche, aunque mi medianera quiera decirme lo contrario. La noche es más tranquila, parece que la sinapsis es más fluida y que los verbos se hacen más digestibles. A esas horas, en las que la mayoría están ya descansando a mi me gusta leer, dibujar y ahora más que nunca, estudiar y entrenar, aunque siempre lo obligado sea menos agradecido que lo voluntario (será la mentalidad y no la moralidad). Lo importante, lo desagradable, lo gratificante, lo odioso, lo divertido es que han pasado tres meses nuevos, y son nuevos por muchos motivos, porque tuve que cambiar de temario, porque no escuché la bocina que marca la salida de un triatlón con el mono puesto, porque entrené más que nunca, y porque seguramente muchas cosas estuvieron ausentes. Sin embargo aquí seguimos, con trabajo y con ganas, no siempre, pero casi nunca desaparecen. Buscando motivaciones y distracción para que Gary Marcus no nos abandone, como se abandonó a Bárbara en el tiempo y a la cultura en las mentes. Para terminar os dejo los entrenos (globales) del mes, y os aconsejo leer el artículo de El País sobre La desaparición del baño en el proyecto del estudio RCR, que aunque gravito con él, no entiendo porque se ha propuesto destruir mi parte preferida de la vivienda.
Para los desconocidos, ayer disfrutamos todos los que amamos el deporte ese que llaman Triatlón, porque una vez más Javier Gomez Noya (que va camino de Sir) se proclamó campeón del mundo, en Budapest y realizando una carrera memorable. Los límites están donde uno quiera ponerlos.
Proximamente: Historias de Can Lis

Destierros

Destierros
Esperaremos la posibilidad

En honor a un gran hombre

En honor a un gran hombre
Erase una vez un largo