8 de noviembre de 2010

Varado

Demasiada desidia coge este elemento que escribe. Hace bastante tiempo que no me intereso por lo que me más me gusta, que tengo la sensación de ser una brújula estropeada y que la sequedad de mis mucosas no me deja respirar. Desde luego que la aptitud no falta, pero hay algunos bichitos pequeños que no me dejan descansar. He llamado a JJM, pero sus hombrecillos no son los que me incordian. El caso es que tengo que borrar y borrar de manera repetida las cosas que escribo y que de tanto hacerlo he llegado a emborronar el papel. Al final, he optado por lo más sencillo, lo que todo niño haría, darle la vuelta al papel y tratar de aprovechar lo que tiene por la otra cara. Eso no quiere decir que no me acuerde ya de los borrones, ni que no vaya a volver a ensuciar de idas y venidas esa nueva cara, pero al menos, ahora puedo seguir ensuciando.
La otra noche, junto a la almohada y un poco de música de Chopin me tropecé con un nuevo libro. Es algo diferente a lo que venía leyendo en los últimos años pero me agrada, seguramente por el hecho de que no me entero muy bien de lo que dice (o de que me entero sólo de lo que quiero). En él se habla de ecuaciones, de científicos y de revoluciones, así que como os podéis imaginar tiene todos los ingredientes para un buen potaje de reflexiones. La cuestión es que me entretiene, y como siempre me gusta decir -si algo te entretiene no lo dejes, si por el contrario te aburre, abandona y no pierdas tiempo-. Estos días seguiré charlando con él, espero que entre las nubes que anuncian lluvia vengan algunos rayos de luz, aunque tampoco serán necesarios muchos.
Saltando entre ideas camina esta entrada, así que doy un brinco a mi otra afición, el deporte. Los entrenamientos siguen bien, añoro la bicicleta y la compañía de los nervios de las carreras, pero no me quejo. Al menos mi cuerpo me permite seguir haciendo series y series y el muy desgraciado ni se resiente (toquemos madera). Ya os contaré en otro momento como van, pero de momento ya alcancé las dominadas necesarias. Es una alegría poder seguir acompañando cada día de esos ratos al aire libre.
Hoy es un día peculiar, porque he terminado algo que empecé hace un mes y que se ha alargado más de los esperado. Seguramente sea el causante de un estado que ni me gusta, ni será permanente. Así que puedo cerrar la entrada con el placer del beneficio y de la victoria, aún siendo el esfuerzo final mayor del esperado siempre es impulsivo el hecho coronado.

7 comentarios:

Jesús dijo...

Te veo reflexivo. Bueno el cambio y la transformación nos hacen avanzar.

Será que lo sugiere el otoño pero, ya es casualidad, que el otro día también me acosté con Chopín.
Con su música quiero decir, lo otro no me lo perdonarían ni mi novia ni sus herederos.

Anónimo dijo...

Poco a poco las cosas van dando su fruto, unas antes y otra después, pero quiero pensar que de verdad los dan. Solo una cosa con tu nuevo libro, no pienses mas de la cuenta que tu no tienes fin en eso. Un beso.

Unknown dijo...

No se quién es el anónimo pero estoy de acuerdo con él/ella que todo en la vida da su fruto y a todo el mundo le llega y seguro que el tuyo va a ser muy bueno. Un beso muy fuerte.

Germán Jiménez dijo...

¿Y por qué borras? Igual no hace falta nada más que dejarlo reposar, como si fuera un flan, para que salga bueno.
Sonríele a tu madre que te lo agradecerá un montón de gente.
Felicidades, viejo. ¿Es de chocolate la tarta?

Anónimo dijo...
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Tortuga dijo...

Pues ya sabes lo que toca depues de coronar un puerto, y es coronar otro. Respecto a lo de los borrones...yo tengo papeles arriba tio...ya sabes subes y te dejo un papel blanco.

Anónimo dijo...

Y nos vamos pa Madrid !!!!!

Destierros

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Esperaremos la posibilidad

En honor a un gran hombre

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Erase una vez un largo