14 de diciembre de 2010

Bombonas, no bombones. Gracias.

Volver con la frente marchita, así nos presenta D. Carlos Gardel su elocuente tema y de la misma manera regreso a las líneas que acampan en este espacio también algo marchitado por el tiempo. Demasiadas arrugas se han sumado en estos días a un individuo febril en determinados contextos. He pasado una semana generosa en conocimiento y felicidad en la estupenda capital de este nuestro país. En ella he podido asistir con más motivación que aportación a un interesante curso sobre las relaciones entre los riesgos y la sociedad y que me ha permitido asomarme por una ventana excesivamente ceñida al ordenamiento jurídico que nos encadena (véase "la jaula de la libertad" Eduardo Chillida). Esta situación me ha otorgado la posibilidad de ver con mayor precisión situaciones que si bien atormentaban mi sinapsis en los últimos meses ahora son parte de mi propia estructura personal y no hacen más que motivar los acontecimientos que van apareciendo. En definitiva, esa semana me ha sentado tan bien, que las arrugas no están en la frente, sino en los pómulos. Hablar con personas de un nivel intelectual que considero muy superior al mío, no solo no es que me guste, es que además me provoca inquietud y satisfacción auditiva. He podido conversar en comidas, cafés y desayunos con personas que pertenecen a un ámbito que puede que en el futuro me vea involucrado y digo puede, porque no debe ser de otra manera (desconcentración, que no descentralización). Además del intenso, curioso y excesivamente frío curso he podido visitar un poco más la ciudad, conocer El Prado por primera vez no solo no me ha dejado agotado físicamente, sino que me ha proporcionado un motivo más para seguir haciendo visitas particulares, esto es, ir a ver lo que siempre he querido ver (porque cuando no se trata de películas baratas de la industria americana suele ser motivo de saciedad mental). Así que después de ese breve paréntesis he vuelto con ganas de fiesta, y me he puesto de nuevo las pilas en el estudio y el entrenamiento, haciendo breves paradas para olisquear algunos papeles viejos. Ahora sigo con mis libros, mis compañeros de viaje y mis fantasmas. Así que nada, ahora viene la navidad, y este año, creo que me pediré bombonas en lugar de bombones algunos ya saben que sobran los motivos.

Aquí os dejo unas fotografías retocadas con algo de HDR y photoshop.

1 comentario:

Tortuga dijo...

Primero, escribes bastante bien pero todavia te queda...tienes que seguir estudiando conceptos que no usas apropiadamente...
Segundo, tu tortuga es una mierdecilla,
y tercero, ¿que es menor -49 o -50...jejeje, fuera de bromas me alegro de que el curso estuviera bien, y me alegro que pasaras unos dias agradables, ahora mucho animo con todo y ya sabes, cuidado con los polvorones...

Destierros

Destierros
Esperaremos la posibilidad

En honor a un gran hombre

En honor a un gran hombre
Erase una vez un largo