19 de marzo de 2013

Corriendo

Hace algunos años detestaba correr, era la disciplina que más me hacía sufrir y en la que menos mejoras encontraba. Machacaba y machacaba sin mucho sentido hasta llegar al extremo de estar días sin correr por la desidia generada. Al final terminé por resignarme, pensé que mis tiempos eran otros y que tendría que moverme siempre en una franja que limitaría mis mejoras de cara a la larga distancia en triatlon. 
Sin embargo, en estos años de dura oposicion y horas de biblioteca he tenido que lidiar con horas y horas de carrera. De la mano de un estupendo y exigente entrenador he podido ir poco a poco mejorando y llegar al punto de disfrutar con la carrera a pie, disciplina que ahora no solo me gusta, sino que me motiva para seguir mejorando cada día. Quizás tuve la suerte de compartir entrenamientos con personas muy capacitadas, y el simple hecho de seguir su estela día tras día me hizo llegar a estas mejoras.
El pasado domingo confirmé mis sensaciones. Me dispuse a participar en la carrera popular de San Juan de Aznalfarache y después de semanas dando vueltas a una preparación que no era la adecuada llegué a la carrera con más dudas que nunca. Por un lado mi hermano Carlos quería que fuesemos juntos, algo que no podía asegurar y por otro, unas molestias en la zona lumbar me generaban de nuevo esas preguntas del pasado. Al final, me propuse hacerla tranquilo, disfrutar de la prueba y llevar un ritmo que me permitiese hablar durante todo el trayecto... eso solo era el guión, la pelicula sería otra. Llegué a la carrera sin reloj, el garmin que utilizo estaba sin batería y eso hizo que de antemano yo no controlase mi ritmo, fue mi hermano el que me iba a guiar. Salimos rápido, algo más de lo que quería y algo menos de lo que debería, pero no quise preguntar. Veía como a un ritmo más que decente íbamos adelantando gente y pasando kms. En la barriada de Guadalajara, previa a la subida a la del Monumento pregunté que ritmo de carrera iba, para mi sorpresa llevamos la mitad de la carrera a ¡3:55 min/km! No me esperaba que estuvise para correr así. La subida al monumento se hizo dura, pero después de recuperar un poco en la vuelta al perímetro de la barriada afronté el último tramo de la carrera con ganas de más, el objetivo previo de la prueba (disfrutar) estaba logrado. El último tramo fue un gozo total, mucha gente animando, mi hermano al lado y la sensación de estar pasándolo muy  bien con algo que se había plantado como un obstáculo enorme. 
Cada día que termino de hacer un entreno o una carrera pienso más y mejor sobre los beneficios del deporte. Desde este blog que ha estado algo abandonado felicito al Club Atletismo San Juan y al Ayuntamiento por la extraordinaria carrera que organizan año tras año.Al mismo tiempo a mis amigos y compañeros los Camaleones, que siguen llenando las carreras de ese color verde tan agradable. 
Siguamos disfrutando con el deporte.

1 comentario:

Miguel Óscar dijo...

Enhorabuena primo, no hablo contigo desde hace tiempo por no distraerte de tu objetivo...solo decirte que estás echo todo un Ave Phoenix.

Destierros

Destierros
Esperaremos la posibilidad

En honor a un gran hombre

En honor a un gran hombre
Erase una vez un largo